El viaje vasco nos llevó por los pequeños senderos del camino de la cumbre con sus excepcionales panorámicas de nuestro País Vasco en un ambiente lúdico.

Habiendo cambiado el clima especialmente para nosotros, la lluvia se olvidó de la región durante nuestro viaje.

Aparte del contenido de la comida que podría haber "sido" mejor (les prometo que no estaba planeado y no lo volveremos a hacer...), el día estuvo salpicado de risas.

Una feroz lucha por (ne  no) ganar la copa prevista para el ganador del torneo de petanca fue de lo más notorio.

La copa martirizada se volverá a poner en juego durante otra carcajada.

Gracias a todos Zé a todos y hasta la próxima.